RESUMEN DIVULGATIVO y SINOPSIS

RESUMEN divulgativo de La Teoría UDO. Consigue gratuitamente una SINOPSIS.

LA UTOPÍA REALISTA


Este libro presenta un proyecto y objetivo que puede definirse como una UTOPÍA REALISTA: lograr una solución parcial a la crisis global y al cambio climático.

Esta utopía, aún siendo colectiva, también presenta un matiz personal e individual. Como utopía realista individual pasa por la mejora parcial de nuestras vidas personales. No es lógico ni creíble el intento de solución de un problema global si no cumple con el intento de solucionar a la vez los problemas individuales. Nuestro fin sólo es justificable si se realiza a través de esos medios. Como utopía realista individualista exige el conocimiento de unos principios, directrices y métodos que mejorarán nuestra forma de pensar en relación con nuestra conducta para con nosotros mismos, los demás y la naturaleza.

Sin el necesario cambio individual de consciencia, mentalidad y conducta, no podremos intentar solucionar la crisis general y el cambio climático, ni siquiera podremos resolver nuestros problemas personales.

Como utopía realista colectiva precisa la cooperación de todos o al menos de un sector, crítico por su influencia. La utopía sólo es realista si la hacemos real y posible a partir de nuestra individualidad, entre todos o, al menos, por una activa mayoría suficiente. No es posible una solución global sin una acción colectiva que reúna muchas acciones individuales.

A la acción colectiva se llega por la acción individual.

Colectivamente, la utopía realista exige una organización planetaria realmente operativa y de decisiones vinculantes para todos. Es una alucinación pretender solucionar problemas mundiales sin una organización y directrices globales. A la solución global se llega por una organización planetaria: una Unificación o unión en la plural Diversidad de todos –o de la mayoría crítica- de los Opuestos existentes en este planeta.

Éstos anteriormente expuestos son los matices de las condiciones sine qua non será posible conseguir los efectos positivos prometidos por la Teoría UDO.

El autor es muy consciente de lo utópico de estas palabras. Llegar a distinguir entre lo quimérico -imposible, irrealizable- y lo utópico –difícil, aunque posible- de este proyecto, sólo se puede conseguir leyendo ésta y otras obras sobre la Teoría UDO, conociendo y comprendiendo a la Teoría, y al nuevo paradigma en que la Teoría se transforma al ser difundida y aceptada por las mentalidades humanas.

¿POR QUÉ SE DICE QUE LA SOLUCIÓN PROPUESTA ES UNA UTOPÍA REALISTA? ¿Y POR QUÉ SE DICE QUE LA SOLUCIÓN FACTIBLE QUE SE PROPONE ES SÓLO PARCIAL?

Lo decimos en muchos sentidos.

Precisamente es “realista”, entre otras razones, porque la solución que propone es “parcial” e incompleta, siendo imposible que sea completa, tan imposible como intentar lograr un mundo perfecto. Si promocionara una solución “completa”, en lugar de una utopía sería una quimera irrealizable, una panacea quimérica, un imposible como los ya propuestos por Platón, Moro, Marx… Así que el presente libro contempla la utopía sólo como parcialmente posible, y por ésta entre otras razones, es una utopía realista.

Es realista además por otras razones: por ejemplo, por basarse en la Teoría UDO que es filosofía de la ciencia, plenamente realista.
Y además, es realista nuestra utopía por tener objetivos pragmáticos y por ser factible, realizable, aunque difícil y compleja de llevar a cabo.

Así que la solución propuesta es una utopía realista porque es una solución sólo parcial y no es una panacea universal: no soluciona, ni pretende solucionar todos nuestros problemas, y la ofrecida solución de los problemas actuales no es completa ni es para siempre. Aunque al menos es una solución: la solución realista utópica pero posible, LA UTOPÍA REALISTA.

Pero es utópica porque su realización exige un cambio de mentalidad paradigmática y un constante esfuerzo personal (utopía en su aspecto individual), y una organización planetaria (utopía en su aspecto colectivo).

Los argumentos positivos de negociación son que al individuo se le ofrece a cambio una mejora razonable y demostrable en la vida personal. También a la colectividad se le ofrece una solución parcial de problemas como la crisis global y el cambio climático y un futuro más favorable –un futuro, al menos-.

Hay además un argumento coactivo: el que nos impone la situación de crisis, sus efectos, y su incremento por fases. Lo que tenemos que hacer lo hemos de hacer por las buenas, o lo haremos por las malas –pero entonces, después de sufrir mucho más de lo necesario-.

Todos ellos son fuertes argumentos que apoyan el inicio de la negociación, pero antes hay que probar –en este libro lo intentaremos- que lo ofrecido es factible, tanto en lo individual, en primer lugar, como en lo colectivo.

El proyecto LA UTOPÍA REALISTA es utópico -difícil y complejo-, porque la solución posible exige cambiar y mejorar la mentalidad y el comportamiento humano, individual y colectivo, en la medida necesaria para resolver estos problemas. Y cambiar -mejorar- al ser humano es muy utópico, aunque no imposible. Como es complejo, y en mayor medida, llegar a un acuerdo basado en el nuevo paradigma de consenso y de acción propuesto por la Teoría UDO.

Pero, como decimos, hay un argumento definitivo que, aunque trágico en muchos aspectos, es favorable al cumplimiento de nuestros objetivos y ayuda a la utopía realista en su aspecto más difícil –cambiar de mentalidad y conducta individual y llegar a un acuerdo global y planetario-. Este argumento circunstancial y coactivo viene dado por el inicio del apocalipsis que estamos presenciando… y que más tarde o más temprano, más temprano que tarde, nos tocará vivir en directo, si no nos ha tocado ya. No hay nada que funcione tan bien para poner de acuerdo a los tan polémicos y díscolos seres humanos como estar todos (*) con el agua al cuello, aunque muchos tienen tanta desidia o/y son tan ingenuamente “escépticos y realistas” que sólo por una experiencia propia, económica o térmicamente casi ahogante -por dificultades económicas o por inundación de aguas- o asfixiante o congelante -por subida o bajada de temperatura climática-, letal para muchos coetáneos, se convencerán de que tienen un grave problema y si quieren solucionarlo les toca cambiar de mentalidad y actuar en consecuencia.

(*) Cuando decimos “todos”, nos referimos realmente a todos, no sólo a los millones que formamos la masa informe de los CDDN -los Ciudadanos Desconocidos Don Nadie, la enorme mayoría de la humanidad- sino también, y fundamentalmente, a los pocos que tienen mucho más poder o/y dinero, y más razones e influencia para apoyar el necesario cambio… a quienes va fundamentalmente dirigido el presente libro, así como a sus encargados o directores… políticos y demás gerentes socioeconómicos y “culturales”.

No nos confundamos. No somos unos ingenuos. La crisis financiera -ésta, concretamente- ha sido en parte real y en parte permitida e incluso apoyada por los poderosos. “A río revuelto, ganancia de pescadores”, dice un refrán del terruño del autor. En condiciones duras sólo sobreviven los más fuertes. Las crisis de este tipo concentran el poder, y el dinero, aún más de lo que ya lo estaba. Pero estas estrategias, similares a las de caza de pequeños peces por las ballenas, así como la del consumismo compulsivo, el mercado libre, la explotación natural y del tercer mundo… etc., han llegado a su punto final. El planeta no podrá soportar el desarrollo de las grandes economías emergentes -China, India, Brasil... etc.- en las mismas condiciones actuales de falta de respeto para con el medio ambiente… es necesario llegar a un nuevo “pacto social” -un nuevo "contrato social"-, un "pacto neofeudal": de la mayoría de la humanidad con el minoritario poder neofeudal planetario, y de la humanidad plena con la naturaleza.


Pero de una amenaza global y colectiva no siempre se desprende un acuerdo de acción consensuada: en la enorme mayoría de los casos la resultante ha sido y es una absurda destrucción entre bandos opuestos. La Teoría UDO, hipotéticamente, evitaría -si es ampliamente conocida, comprendida y aceptada, y aplicada-, esa absurda autodestrucción que en potencia nos incluye a todos. Considerando la polémica naturaleza humana, es tan desalentador el aspecto utópico de la exigencia de esfuerzo y cooperación, y sobre todo de la condición previa de llegar a un acuerdo, que si no fuera porque estamos todos con la misma espada de Damocles (*) sobre nuestras cabezas, ni siquiera nos plantearíamos que nuestra utopía fuera realista y posible. (Quizá hagan falta algunos desastres “naturales” más y alguna cresta más de la crisis global en su aspecto económico para que el escepticismo y sus representantes típicos se sientan “con el agua al cuello”… ya sabemos hasta cuándo no se arregla, por ejemplo, la curva peligrosa y potencialmente productora de accidentes mortales de la carretera).

(*) Como decía Kant, en “La paz perpetua”, la Naturaleza obliga a los hombres a llegar a un acuerdo utilizando precisamente su mentalidad beligerante, en discordia continua. Añadimos nosotros que la ambición y la prepotencia son condimentos añadidos a este plato de gran chef natural.

Y es realista nuestra utopía, entre otras razones, por basarse en la Teoría UDO, que en absoluto es utópica (*): es tan realista y pragmática como la vida misma.
(*) La Teoría UDO pertenece al campo de la filosofía científica. Se basa en la ciencia más realista, seria, rigurosa y contrastada –pero también en la ciencia de frontera- y se apoya ortodoxamente en el conocimiento científico: física cuántica, astrofísica, neurología, fisiología, biología…, en toda la ciencia clásica y establecida y hasta en la sabiduría ancestral. Tiene imbricaciones directas con todas las ciencias sectoriales, con las ciencias del pensamiento y con todas las humanidades como pedagogía, psicología, política, sociología… -véase índice, y el primer libro: “Introducción a la Teoría UDO”-. Pero, la Teoría UDO aún siendo revolucionaria es al mismo tiempo estabilizadora; es innovadora y a la vez respetuosa.

La Teoría UDO es tan real y realista como la energía o como el mundo material. Quimérico sería pretender que la energía controlada por los humanos sea utilizada por todos sólo de manera deseablemente pacífica y ecologista, sin la construcción y uso de bombas atómicas y residuos radiactivos, sin prepotentes intentos de dominio de unos sobre otros por el uso de la fuerza y sin que predominen en muchos casos los aspectos económicos frente a los biológicos y ecológicos. De la misma forma, el dinero es plenamente realista, lo ingenuo y no realista sería creer posible su uso sólo positivo… etc.

Otro sentido en el que también es realista la Teoría UDO, es en el de plena aceptación de la realidad ecológica y del momento biológico actual de la humanidad. El ámbito de actuación e influencia del humano sobre el ecosistema global es y ya ha sido mucho más amplio e intenso que el de los animales. Ellos se integran en la cadena cíclica, en un sistema trófico, biológico y ecológico en equilibrio dinámico evolutivo, pero el humano ha modificado este sistema. Nuestro ámbito de actuación e influencia es impactante en su intensidad y es planetario. Y estos son hechos. Luego, o la humanidad llega a un acuerdo de consenso conductual para con el ecosistema de la vida tal y como la conocemos, o el actual ecosistema se rompe definitivamente y siendo nosotros parte del eslabón débil, de este eventual sistema biológico, el resultado es claro, y su efecto sobre nosotros, catastrófico, como ya está comenzando a serlo.

Sin la utopía parcial en su aspecto de correcta globalización -una organización planetaria- basada en un previo consenso paradigmático, ideológico y de pensamiento, la otra opción que resta es el desastre global en marcha, no ecológico, bélico e imperialista, puro y conocido desarrollismo salvaje, generador de la crisis global y del cambio climático. Anarquía global basada en un extremismo neoliberal salvaje. (La Teoría UDO no está en contra del liberalismo -moderado-, pero sí de su extremismo, excesivamente consumista, antiecológico y destructor de culturas… como también está en contra de otros extremismos opuestos. Comunismo absolutista y capitalismo salvaje, como ejemplos, son considerados igualmente nefastos y destructivos. La Teoría UDO está plenamente a favor de la igualdad como justicia equitativa y como principio político de aplicación social, en su justa medida, en un estado de bienestar. En realidad, lo que propone la Teoría UDO es la efectiva moderación en casi todo como fórmula para evitar los perjudiciales y normalmente violentos extremismos. Pero se puede ser liberal-demócrata, e incluso democráticamente comunista.).

El comunismo unipartidista, por ejemplo, pretende el predominio absoluto de la igualdad sobre la diferencia. Por el contrario, las ideologías totalitarias fascistas hacen predominar excesivamente a la diferencia sobre la igualdad. El liberalismo extremo, se inclina excesivamente por la diferencia, como las izquierdas más extremas por la igualdad. Pero en todo régimen comunista las diferencias socioeconómicas son tan grandes como en cualquier capitalismo salvaje… etc. Un exceso de diferencias provoca revoluciones sangrientas, y un exceso de predominio de la igualdad produce una oposición social proporcional al grado de desequilibrio y falta de libertades individuales que también puede terminar, y lo ha hecho en tantas ocasiones, en guerra civil. Y en todos los casos no puede ser de otra forma, si se pretende ir contra la estructura de la Realidad y de una de sus UDOs: [igualdad – diferencia] de este ámbito mental y social humano. La moderación en Equilibrio Dinámico entre los opuestos es la propuesta udológica, que por ello coincide plenamente con la ideología que consideramos auténticamente democrática.

Así pues, ya decimos, de antemano, que si nuestra utopía fuera totalmente imposible, o prometiera una inalcanzable solución completa, sería una quimera irreal, y entonces no estaríamos escribiendo y leyendo filosofía de la ciencia, sino fantasía pura y dura. Si fuera una utopía presentada como totalmente posible, sería una panacea, un cuento para niños adultos extremadamente optimistas o/e ingenuos, como ya se han escrito muchos, entre otros, y con todos los respetos pero en nuestra opinión, sirvan como ejemplos: “La República”, de Platón; “Utopía” de Tomás Moro; “El Capital”, de C. Marx -en su derivación quimérica totalmente igualitaria-, o las obras del modernismo ilustrado y actual liberalismo económico defensor de unas no quiméricas pero sí muy injustas diferencias extremas -Spencer, por ejemplo, -y otras utopías quiméricas que creen posible el progreso indefinido y humanístico de la humanidad basado en el simple desarrollo económico sin considerar otros factores, así como parte de los textos y sus promesas, unas realistas, otras quiméricas, de los sintetizadores del pensamiento de la revolución modernista y el paradigma del siglo XVII: Galileo, Descartes, Bacon, Hobbes… y otros conocidos pensadores.

Por todo ello, y resumiendo, la Teoría UDO, en cuanto a su aceptación mental individual y colectiva y sus efectos sociales, es una utopía realista, realizable, aunque de enorme complejidad en su realización. Por eso decimos que, siendo “utopía”, es, no obstante, “realista”.

¿CÓMO PODEMOS LOGRAR HACER REALIDAD NUESTRA UTOPÍA REALISTA?
Para encontrar solución a un problema, después de:
1º) Comprobar y aceptar su existencia, hay que
2º) Analizar el problema y averiguar sus causas, sus orígenes.
3º) Finalmente hay que establecer una metodología de eliminación de las causas problemáticas convirtiendo el problema en reto a superar y planificando el logro del objetivo: anular el problema -sus causas- o reducirlo en la medida de lo posible, mediante la promoción de un plan de acción,

1º) La aceptación es obvia. En los ámbitos socioeconómicos, políticos, ideológicos… la crisis es evidente. Sólo hay que observar las noticias, o, en muchos casos, la propia vida. En lo ecológico y hasta hace unos pocos años, quienes creían en el impacto climático y biológico de la actividad humana eran calificados como unos visionarios alucinados. Ahora lo son, y realmente, quienes aún se niegan a aceptar los hechos. Estas consciencias ecológicamente laxas, ciegas mentales para con el ecosistema biológico, desde su fundamentalismo desarrollista a cualquier precio están dinamitando nuestras vidas -y las suyas- y las de nuestros hij@s, descendientes actuales y futuros. Estos infractores pueden ser considerados culpables de delito ecológico en la medida de su impacto conductual, y sobre todo en el caso de quienes conocen y reconocen la verdad pero no adecuan su conducta.

Pero la crisis es global: ecológica y climática, económica y financiera, social, política, ideológica, de valores y principios…

2º) El análisis de las causas será somero: no puede ser ni amplio ni profundo en este resumen previo, pero podemos avanzar lo siguiente.

... / … (falta texto del original).

LA CAUSA DE LA CRISIS GENERAL Y DEL CAMBIO CLIMÁTICO
… / …

¿CÓMO PUEDE LA TEORÍA UDO AYUDARNOS EN UN PROCESO DE CORRECTA
GLOBALIZACIÓN?
Como pensamiento o visión global, el nuevo paradigma debe tener la capacidad de Unificar en la plural Diversidad al ingente número de ideas Opuestas que constituyen las mentalidades, culturas, opiniones e ideologías humanas. De esta forma, el nuevo paradigma debe ofrecer un marco ideológico y práctico idóneo para el proceso de una correcta globalización planetaria (“correcta” en el sentido ya expresado: democrático, pacífico…).

Entonces, el nuevo paradigma debe presentar necesariamente dos características esenciales:

A) Ser capaz de integrar opiniones e ideologías distintas e incluso opuestas, y
B) Poder ser aceptado por todos sin que para ello haya que renunciar a la cultura e ideas propias. Ser capaz de unir en la plural diversidad.

La Teoría UDO, nuevo paradigma para el siglo XXI, presenta esas características. Y teniendo en cuenta la situación planetaria actual, este nuevo paradigma es de urgente, incluso vital, estudio, comprensión y adopción práctica.

Como sistema de pensamiento que posibilita el consenso global, la Teoría UDO viene como anillo al dedo al proceso de correcta globalización. Su conocimiento nos hace, y lo comprobaremos en la práctica, realmente más democráticos, tolerantes y cosmopolitas, y promueve que empleemos en mejoras reales una gran parte de nuestras energías ahora derrochadas en polémicas o en guerras. No se trata ya de meros idealismos utópicos: al estar todos “con el agua al cuello”, los antes considerados “idealismos utópicos” son actualmente necesidades vitalmente prioritarias.


¿CÓMO PUEDE LA TEORÍA UDO AYUDARNOS A LLEGAR A UN CONSENSO PLANETARIO?
… / … (Falta texto del original)

¿CUÁLES SON LAS DIRECTRICES CONCRETAS DEL PARADIGMA DEL SIGLO XVII QUE HAY QUE CAMBIAR?

Pues, entre otras, las siguientes:
… /… (falta texto del original).

Al final del PREFACIO y de su apartado INTRODUCCIÓN BREVE A LA TEORÍA UDO EN FORMA DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS hay un cuadro comparativo que desglosa más concreta y exhaustivamente las diferencias entre el antiguo paradigma del siglo XVII y el paradigma del siglo XXI o Teoría UDO.

UNA REVOLUCIÓN DE CONSENSO, CONCILIADORA, PACÍFICA, ECOLÓGICA Y DEMOCRÁTICA. ESPAÑA COMO MODELO DE CAMBIO DEMOCRÁTICO.

Las características del cambio necesario son tales que no debe ni puede ser una revolución al estilo de las históricas más o menos recientes ya conocidas y violentas (francesa, rusa, china…), sino una revolución basada en el consenso, conciliadora, integradora, pacífica, ecológica y democrática (algo parecido al último cambio de la dictadura a la democracia en España). Y una revolución de este tipo sólo puede partir de un cambio de paradigma, de un cambio profundo en nuestra visión del mundo, un cambio de mentalidad individual y global que ya contenga esas deseables características y de una adecuada planificación estratégica y mediática, como lo fue en el caso de España, no perfecto, pero plausible.

… / … (Falta texto del original).

La salida o solución posible -UN ACUERDO DE CONSENSO, TEÓRICO Y PRÁCTICO- que ofrecemos, parcialmente utópica y realista, está basada en la Teoría UDO. Pero como reiteramos, es sólo una propuesta. Aunque actualmente, es una de dos: o utopía realista (la presente u otra/s con el mismo objetivo) o apocalipsis socioeconómico, biológico y climático.

La decisión y elección es nuestra, de cada uno de nosotros, e inexcusablemente ha de ser tomada, ahora.

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